CIRUGÍA DE LABIOS MAYORES
Cuando valoramos la posibilidad de realizar cirugía en los labios mayores, hay que realizar un diagnóstico preciso, pues los labios pueden estar atróficos, en cuyo caso deberemos de aumentar su volumen (la opción más frecuente) o pueden presentar un exceso cutáneo, donde tendremos que resecar ese exceso.
Para dar volumen a los labios mayores y así aumentar su turgencia, se pueden utilizar rellenos sintéticos, tanto definitivos como temporales, o rellenos autólogos (grasa de la propia paciente). Sin ninguna duda, éste último es el tratamiento de elección.
Respecto a los rellenos definitivos, los desaconsejamos en cualquiera de sus presentaciones y localizaciones, pues con el paso de los años pueden ocasionar problemas de rechazo (granulomas a cuerpo extraño), migración a zonas vecinas, irregularidades, etc.
Entre los rellenos temporales destaca el ácido hialurónico reticulado, sustancia que está en nuestro organismo y que en teoría no ocasiona los efectos secundarios que provocan los rellenos definitivos, pero tiene una duración aproximada de un año, por lo que debe de repetirse el tratamiento para que los labios mayores continuen turgentes.
El injerto de grasa autóloga (lipofilling), bajo nuestro punto de vista, es el tratamiento más adecuado para dar volumen a los labios mayores. Tras seleccionar una zona donante siguiendo los deseos de la paciente (generalmente el abdomen), se realiza la lipoaspiración con técnicas especiales para aumentar su supervivencia. Una vez obtenida la grasa, se somete a diferentes técnicas para conseguirla en su mayor pureza.
A continuación se enriquece con factores de crecimiento plaquetario y finalmente, con la ayuda de microcánulas, se infiltra en los labios mayores, dando un aspecto de rejuvenecimiento y turgencia.
El inconveniente del lipofilling es el porcentaje de prendimiento de las células de grasa, que es variable en función de cada persona, no obstante siempre se infiltra una cantidad mayor a la necesaria para compensar este porcentaje de grasa que se pierde.
Generalmente en 48-72h. la paciente puede incorporarse a su puesto laboral, pudiendo tener relaciones sexuales tres o cuatro semanas tras la intervención.